Porto se convierte por un instante en un papiro al que le resulto imposible abrazar la poesía que le fue grabada. Tras cada retrato de sus calles, de su gente, va exhalando lírica que hipnotiza quizá por su bella melodía, quizá por simple melancolía. Porto desde adentro, esa Porto lenta que me presento mi rubia alzando una copa de vino dulce y la suave sonrisa que tanto le luce. Três poemas no Porto rinde un homenaje al origen de nuestra cultura, a la poesía, al encanto de la lengua portuguesa y una Bosa nova capaz de conjugar perfecto con un refrescante trago de Caipirinha. Porto nos permite recorrer sus calles, se desnuda ante nosotros y, perplejos ante sus encantos, nos confiesa a susurros esos malestares que se han degenerado en profundas tristezas: muchas cosas, mucha gente, mucho ajeno la visita, la pisotea y de ella se mofa. Pero quizá tres poemas y ese jazz carioca sean la ofrenda que acepte para que podamos por su cuerpo con mucho gusto deambular.”